Tres entusiastas, convencidos de los beneficios de la Naturaleza y orgullosos de su patrimonio. Sueñan con crear productos saludables y mostrar al mundo las riquezas del patrimonio marroquí, bereber y árabe-musulmán.

En 1997, el contexto no era propicio para este tipo de sueños. Marruecos está ávido de novedades y aficionado a los productos más de moda procedentes de Occidente. Las recetas de la abuela, aunque especialmente ricas y solicitadas, poco a poco van quedando en el olvido o, al menos, no son elogiadas.

Sin embargo, creen en ello. Quieren actualizar estas recetas centenarias con sus múltiples beneficios y presentarlas al mundo. ¿Por qué olvidarlos cuando tienen tanto que darnos?

Luego deciden seguir su pasión y sus convicciones, utilizar sus conocimientos científicos, confiar en su instinto, para reavivar el interés por estas tradiciones con sus múltiples virtudes.

El desafío es grande. La voluntad también.

¿DÓNDE EMPEZAR?

Crearon el Jardín Bio-Aromático Ourika, e instalaron allí una pequeña unidad de producción.

Recorren las tradiciones marroquíes de belleza y salud: jabón negro, especias, plantas aromáticas, ghassoul, aceite de argán, esencias, Henna, Nigella, y tantas otras…

Se toman el tiempo para comprender sus usos, analizar sus virtudes y comprender los efectos esperados. Aíslan los principios activos y las sustancias que pueden responder a ellos. Anotan las moléculas que les interesan de las plantas y de los extractos, analizan los periodos de corte, identifican los ingredientes más cualitativos…

Trabajan y reelaboran estas recetas para desarrollar productos aún más eficaces, superando las expectativas, con el objetivo de sorprender al usuario, incluso al marroquí.

Motivados por el deseo de satisfacer a los clientes locales y extranjeros, pero también de concienciarlos, despertarlos y sorprenderlos, están desarrollando una primera gama de productos inspirados en el hammam y el baño. Crean nuevas variantes de productos centenarios, como el jabón negro aromatizado con Aceite Esencial de Eucalipto.

Estamos entonces en 1997. Nace Nectarome.